"...Cuando cayó la noche y volvía a su cama, un viejo trapo peludo, miró una flor y en ella vió reflejados los rasgados ojos de la golondrina. Febril, fué al lago a beber agua, y en el agua también encontró a la golondrina que le sonreía. Y la reconoció en cada hoja, en cada gota de rocío, en cada rayo del sol crepuscular, en cada sombra de la noche que llegaba. Después, la descubrió vestida de plata en la luna llena, para la cual maulló y maulló dolorido. Ya era muy tarde cuando consiguió dormir. Soñó con la golondrina. Era la primera vez que soñaba desde hacía ya muchos años."

"...voló cerca, sobre el gato manchado, y lo tocó levemente con su ala izquierda. El podía oír los latidos del pequeño corazón de la golondrina Sinhá. Ella comenzó a elevarse y desde lejos lo miró. Era el último día de verano." Jorge Amado

El experimento Milgram

¿Qué lleva a una persona a obedecer órdenes que van contra sus principios o creencias?
¿Cualquier ser humano puede someterse a un mandato destructivo bajo una autoridad que se imponga?

Stanley Milgram*, denominó a este estado pasivo como "reducción al estado agéntico"
En él, el individuo puede quedar reducido a un estado de mera condición de agente, dispuesto a ser gobernado y regulado por personas más poderosas que él. En estas circunstancias, el sujeto no se siente responsable de los efectos que pueda tener su obediencia, se siente como si fuera un simple instrumento a través del cual otros realizan diversas acciones.



* Stanley Milgram (1933-1984)- Psicólogo social y profesor en la Universidad de Yale que, influenciado por el holocausto nazi, realizó en los años 60 un controvertido estudio sobre la relación obeciencia/autoridad.

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