"...Cuando cayó la noche y volvía a su cama, un viejo trapo peludo, miró una flor y en ella vió reflejados los rasgados ojos de la golondrina. Febril, fué al lago a beber agua, y en el agua también encontró a la golondrina que le sonreía. Y la reconoció en cada hoja, en cada gota de rocío, en cada rayo del sol crepuscular, en cada sombra de la noche que llegaba. Después, la descubrió vestida de plata en la luna llena, para la cual maulló y maulló dolorido. Ya era muy tarde cuando consiguió dormir. Soñó con la golondrina. Era la primera vez que soñaba desde hacía ya muchos años."

"...voló cerca, sobre el gato manchado, y lo tocó levemente con su ala izquierda. El podía oír los latidos del pequeño corazón de la golondrina Sinhá. Ella comenzó a elevarse y desde lejos lo miró. Era el último día de verano." Jorge Amado

Espacios ocultos

Parece que llego un poco tarde a esta exposición: del 18 al 24 de Octubre de 2008 en la Galería Distrito 4 de Madrid.

Y digo “parece que llego tarde”, porque realmente no lo creo: me parece que encuentro las cosas cuando las necesito o estoy preparada para comprenderlas.

Tres años y medio más tarde de esta exposición, un sábado aburrido, navegando sin rumbo, encuentro algunas de estas imágenes como por casualidad, en un reportaje de Julia Luzán para el País Semanal.
Y flipo. Y me quedo fascinada. Y busco más. Porque muchas veces he imaginado precisamente esto que propone José Manuel Ballester.

José Manuel Ballester (Madrid, 1960) es un pintor y fotógrafo español, Premio Nacional de Fotografía en 2010.

Licenciado en Bellas Artes en 1984 por la Universidad Complutense de Madrid, su carrera artística se inició en la pintura con especial interés por la técnica de las escuelas italiana y flamenca de los siglos XV y XVIII. A partir de 1990, se centró en la fotografía arquitectónica.

Tomando como base algunas obras bien conocidas del Museo del Prado, Ballester “extrae” a los personajes, para dejar la escena limpia, vacía de toda anécdota, libre de toda acción, sólo el paisaje, sólo el espacio, sin ángeles, sin cazadores. El segundo plano hecho protagonista.

“Sentado ante el ordenador, Ballester ha pasado horas interviniendo las obras maestras como un cirujano, cortando y rehaciendo, "como si fueran injertos de piel. He tenido que reconstruir todo lo que se supone que tendría que haber detrás, y lo he hecho bien por continuidad o aplicando una serie de pautas".

Una vez reconstruidas las obras, Ballester ha impreso unas en tela, como si se hubiesen repintado, y otras en metacrilato, siempre con las medidas originales de la obra. Colocados el original y la copia uno al lado de la otra, el resultado es fascinante. Son cuadros absolutamente diferentes. En la mayoría de los limpiados manda el paisaje, pero en otros, como en El arte de la pintura, de Vermeer, lo que resalta es el dominio de la luz en el lienzo.”

Estas son algunas de las imágenes que me han fascinado:












1 comentario:

  1. Es impresionante Alicia!!! nunca se me ocurrio al mirar estos cuadrados en fijarme en el paisaje quitando a los personajes....pero me ha impresionado parecen cuadros completamente diferentes!!!
    Muchos besos amiga!!!

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