"...Cuando cayó la noche y volvía a su cama, un viejo trapo peludo, miró una flor y en ella vió reflejados los rasgados ojos de la golondrina. Febril, fué al lago a beber agua, y en el agua también encontró a la golondrina que le sonreía. Y la reconoció en cada hoja, en cada gota de rocío, en cada rayo del sol crepuscular, en cada sombra de la noche que llegaba. Después, la descubrió vestida de plata en la luna llena, para la cual maulló y maulló dolorido. Ya era muy tarde cuando consiguió dormir. Soñó con la golondrina. Era la primera vez que soñaba desde hacía ya muchos años."
"...voló cerca, sobre el gato manchado, y lo tocó levemente con su ala izquierda. El podía oír los latidos del pequeño corazón de la golondrina Sinhá. Ella comenzó a elevarse y desde lejos lo miró. Era el último día de verano." Jorge Amado
...y un rinoceronte volando
Un rinoceronte negro sudafricano mide aproximadamente 1,6 m. de altura y puede llegar a pesar unos 1.500 Kilos. Se trataba de trasladar 19 ejemplares hasta una reserva a 1.500 Km. de distancia. Un viaje así, en el remolque de un camión, puede ser una tortura para el animalito.
Alternativa: se duerme al pequeñín, se le tapan los ojos por si se despierta, se le atan las patas, y se le lleva en helicóptero, en un viaje de sólo 10 minutos hasta su destino. Una vez en tierra, se le destapan los ojos, se le desata, se le despierta, y a correr y reproducirse en su nuevo hogar.
Flying Rhinos from Green Renaissance on Vimeo.
Vía: WWF South Africa
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