La Historia:
Uno de los faraones mas singulares, Amenophis IV, que más tarde cambiaría su nombre por el de Akhenatón, “El que habla por Atón”, conduciría Egipto junto a su esposa Nefertiti, cuyo nombre significa “La bella ha llegado” a una auténtica revolución en el siglo XIV A.C.
Su reinado está datado entre 1353-1336 A.C. Fue hijo de Amenophis III y la reina Tiy.
Se conservan multitud de representaciones de Akhenatón, que presentaba unos rasgos físicos un tanto peculiares: cráneo, rostro y extremidades alargadas y vientre prominente. (Hay quien asegura que Akhenatón padecía el “Síndrome de Marfán”)
Nefertiti se crió en un harén, y contrajo matrimonio con Akhenatón cuando tenían 14 y 15 años de edad aproximadamente. Se destacó siempre la belleza de Nefertiti. Fue la reina que más se ha inmortalizado en templos y monumentos.
Nefertiti fue declarada “Esposa Divina” lo cual aumentaba su poder terrenal y espiritual. Llegó a utilizar dos cartuchos reales al igual que los faraones. En tiempos donde el faraón ostentaba el poder absoluto, se cree que fue su corregente.
Lo que hace singular a Akhenatón, fue la imposición del culto a Atón, el disco solar, y de un monoteísmo absoluto, en contra de los sumos sacerdotes. Durante su reinado, hizo desaparecer las representaciones de los dioses con cabeza de animal y los cultos a todos los demás dioses, incluyendo a Amón.
Siguiendo una revelación divina, decidió trasladar la capital, Tebas, a una llanura 300 Km. más al sur, en Tell-El-Amarna, y establecer allí su “Ciudad de la Luz”.
Se calcula que la nueva capital tenía aproximadamente 50.000 habitantes.
Para costear la operación, el faraón y su esposa no dudaron en saquear los templos de Karnak. Miles de sacerdotes fueron despojados de sus cargos.
Y lo que comenzó siendo una utopía, se convirtió en un reino de terror. Egipto se tambaleaba en medio de una crisis económica y espiritual sin precedentes.
El reinado de Akhenatón y su esposa Nefertiti, duró más de 17 años, aunque en algún momento del final, ella desapareció sin que haya registro alguno de lo que pudo suceder.
Se sabe que tenían siempre una fuerte escolta que los protegía, ya que fue una época de conspiraciones y odios, debido a la abolición del culto politeísta que restó poder a los sacerdotes.
Akhenatón tuvo 6 hijas con Nefertiti, aunque fue una de sus esposas menores, Kiya, la que le dio lo que realmente deseaba: un hijo, el futuro rey Tutankhamón. En el undécimo año de su reinado, Kiya desaparece sin dejar rastro.
Un año después, cuando Egipto está al borde del caos, se celebra una ceremonia en la que se pretende tranquilizar al pueblo. Es aquí donde Nefertiti aparece sentada junto a su esposo como corregente, como su igual.
Pero su triunfo se ve empañado porque entre los tributos ofrecidos a la pareja se encontraba un regalo letal: la peste. Esta se propaga por toda la ciudad e incluso acaba con la vida de una de sus hijas.
En el decimocuarto año de su reinado, Nefertiti desaparece de los registros históricos. Algunos egiptólogos creen que murió de peste. Otros piensan que fue desterrada por Smenejkara, ya que su nombre sustituye al de Nefertiti en los registros y pasó a ser corregente de Akhenatón, reinando apenas dos años tras su muerte. Sin embargo, otros investigadores opinan que fue la propia Nefertiti la que, tomando el nombre de Smenejkara, sucedió a Akhenatón en el trono de Egipto hasta su muerte.
Las Investigaciones:
El 6 de Diciembre de 1912, un arqueólogo alemán, Ludwig Borchardt, descubre bajo la arena de las ruinas de Amarna, el busto de la reina Nefertiti.
Este busto, de piedra caliza policromada, y esculpido en torno al 1355 A.C., reside en Berlín después de años de agrias polémicas entre los gobiernos egipcio y alemán por su posesión.
En 1898, el director general del servicio francés de antigüedades, Víctor Loret, descubre en el Valle de los Reyes la tumba de Amenofis II, llamada KV-35. El faraón, no estaba solo. La tumba no sólo había sido abierta y saqueada por los ladrones, algo habitual en la necrópolis del Valle de Los Reyes, sino que además, en algún momento de la antigüedad, había sido convertida en fosa común, con momias de distinta procedencia.
En una pequeña cámara, encontró tres momias sin sarcófago, desnudas, y sin identificación. La cámara es tapiada poco después.
En 2002, la egiptóloga británica Joann Fletcher, consigue, de las autoridades egipcias permiso para reabrir esta pequeña cámara y acceder a los tres enigmáticos cuerpos. Incluso le acompaña el Doctor Zahi Hawass, eminencia donde las haya y responsable todopoderoso de arqueología egipcia, que con su presencia, da el visto bueno a la visita de la británica.
A la izquierda, reposa la pelirroja reina Tiy, esposa de Amenofis III y madre de Akhenatón. En el centro, el cuerpo tullido por una deformación en la cadera de un adolescente, Tutmosis, hijo mayor de Tiy y Amenofis III, que hubiera sido faraón en lugar de su hermano pequeño Akhenatón de no ser por su prematura muerte.
Y a la derecha, una enigmática momia sin pelo, con un brazo arrancado y la parte inferior de la mandíbula destrozada. A esta tercera momia se le llama “Lady X”.
Joann Fletcher termina su visita con una sospecha que “prudentemente” calla. Cree que la tercera momia puede pertenecer a Nefertiti, la reina desaparecida. Intenta no levantar recelos ante el Dr. Hawass, ya que necesita tiempo para investigar y que se le permita volver a acceder a la cámara con un equipo especializado para buscar pruebas que confirmen lo que intuye.
Son varios los rasgos que hacen sospechar a Fletcher que “Lady X” es en realidad Nefertiti: por un lado, la doble perforación en la oreja. Se conoce que sólo Nefertiti y una de sus hijas se adornaban con dos pendientes en una oreja. Esta doble perforación, que aparece claramente en la momia, se aprecia también en el busto de Berlín y en otras muchas representaciones de la reina.
Joan Fletcher encuentra, en el Museo Egipcio de El Cairo, un postizo capilar hallado cerca de la momia de “Lady X”. Este postizo o peluca, se elaboró en tiempos de Akhenatón, y fue hecho para una dama de la realeza.
Se cree que la reina Nefertiti se rasuraba el cráneo para protegerse del calor y los piojos, y colocaba una banda ajustada para sostener mejor su corona, que en ocasiones era una peluca. En esta momia, de cráneo rasurado, se observa una marca de presión alrededor de la cabeza, producida por algún elemento ajustado.
Asimismo, la egiptóloga considera que las proporciones faciales guardan una asombrosa semejanza con las del busto de Berlín: los altos pómulos, el cuello largo, como “de cisne”…
A primera vista, una de las cosas que más llama la atención de “Lady X” es el importantísimo destrozo de su boca. Un golpe, con algún tipo de hacha, que le cortó la mandíbula superior, le arrancó varios dientes, y le abrió un agujero en la cara del tamaño de un puño.
Destrozar esta parte en concreto lleva implícita una intención determinada, ya que nunca se colocaban joyas en la boca de las momias, lo que descarta el robo y nos deja ante una sed de venganza. Es probable incluso que esta desfiguración fuera causada en los últimos momentos de su vida.
Los egipcios pensaban que los muertos pronunciaban su nombre ante los dioses como condición previa a su ingreso en el más allá. Si Nefertiti, con su boca destrozada, no podía pronunciar su nombre, quedaría relegada y olvidada por toda la eternidad.
Con todos estos interrogantes y suposiciones, Joanne Fletcher consigue permiso para volver a visitar la tumba KV-35, esta vez acompañada por un grupo de investigadores con los medios técnicos necesarios.
Ha convencido a la Productora Atlantic, apoyada por Discovery Channel, para que realicen un documental sobre el hallazgo de la momia de Nefertiti y así financiar su investigación. El Dr. Hawass no conoce todavía sus intenciones.
Ante la imposibilidad de realizar exámenes invasivos de ADN, recurren a la tecnología mas avanzada en rayos X. Los rayos X resuelven inmediatamente el sexo de la momia: es una mujer.
Ponen al descubierto, dentro del abdomen, diminutas cuentas que cayeron allí cuando los saqueadores de tumbas arrebataron una pieza de joyería. Curiosamente, entre ellas, encuentran las llamadas cuentas “Nefer”: es un tipo de cuenta característica en los adornos de la realeza de Amarna y delata su elevado estatus social.
Las radiografías muestran que conserva el cerebro. Tradicionalmente el cerebro se extraía durante la momificación, pero los predecesores inmediatos de Nefertiti rompieron con esta costumbre y conservaban el cerebro intacto.
Se observan también unas manchas dejadas por el fluido embalsamador, que se llaman “efecto copo de nieve”, y que es muy característico de la dinastía XVIII, lo que confirma que la momia es de este periodo.
Se observa que las muelas del juicio no están desarrolladas y que las vértebras corresponden a una adulta joven. Nefertiti, madre de 6 hijas, aunque casada con Akhenatón en la adolescencia, debía tener al menos 25 años. Cuando se radiografía la zona de la pelvis, los investigadores explican que se trata de una mujer de aproximadamente 30 años.
En cuanto a las causas de la muerte, se observa un corte en la cara, causado por un instrumento afilado que golpea desde atrás hacia delante, y otro corte profundo en la caja torácica, de unos 12 cm., pero no es posible afirmar con certeza si se produjo aún con vida o muy poco tiempo después de su momificación.
Lo que si es cierto es que con semejantes heridas no habría podido sobrevivir.
Los vendajes, arrancados por los saqueadores y a los pies de la momia, son de lino real, utilizado sólo para reyes.
Y entre los vendajes, descubren por fin el brazo que le faltaba a la momia desde hace 100 años, cuando la encontraron. Es el brazo derecho completo, flexionado, con la mano en posición de agarre, como si todavía sostuviera un cetro.
Un brazo derecho doblado, era el signo de los faraones. A los faraones se les embalsamaba con el brazo derecho cruzado sobre el pecho, y a veces los dos. A las reinas sólo con el brazo izquierdo.
El hallazgo de este brazo derecho doblado y sosteniendo un cetro es fundamental, y confirmaría la teoría de que Nefertiti sobrevivió a su marido, y ella misma ocupó el trono.
Finalmente, con las imágenes de las radiografías, un equipo informático recrea el rostro de la momia, tal como debió ser en vida. Insertan los músculos en un modelo tridimensional de su cráneo. Un artista gráfico le da los toques finales. El parecido con el busto de Berlín es asombroso.
Akhenatón murió el decimoséptimo año de su reinado. Se desconoce la causa de su muerte. Su tumba se encuentra a 6,5 Km. de Tell-el-Amarna, orientada al sol naciente. Según la historia, Nefertiti debería haber sido enterrada junto a su esposo. Pero la cámara donde debería haber descansado está completamente inacabada y con señales de no haber sido ocupada en ningún momento. No se sabe cómo acabó enterrada a 320 Km., en el Valle de los Reyes.
Otra prueba de que Nefertiti sobrevivió a su marido se encuentra en su sarcófago, en el Museo de El Cairo. Aparece representada en las esquinas con los brazos extendidos, en un gesto protector.
La muerte de Akhenatón marcó el fin de la revolución. Egipto estaba en el borde del abismo. Nefertiti, reina y sucesora por derecho propio, quizá tuvo que dar la espalda a sus creencias, y tomar medidas que garantizaran su seguridad y la de su dinastía.
Casó a una de sus hijas, con su hijastro, el futuro rey Tutankhamón y procuró que fueran educados a la antigua usanza. Abandonó Tell-el-Amarna y viajó a Tebas con el cadáver de su marido. La nueva religión monoteísta que habían fundado ya no existía. Fue enterrado de nuevo según las antiguas costumbres. Quizá fue un gesto para pacificar a sus enemigos, los sacerdotes de Amón, a los que restauró en su puesto. Volvió a abrir el templo de Karnak, donde aún existen vestigios de su determinación.
Pero el caos que Nefertiti y Akenatón sembraron, no fue olvidado fácilmente.
Se cree que Nefertiti murió en Tebas, un año después aproximadamente. Sólo existen conjeturas sobre esto. No se sabe si murió asesinada por los sacerdotes de Amón, aunque es evidente que alguien se tomó muchas molestias para borrar todas las huellas de su identidad.
Según la antigua costumbre egipcia, se habrían tardado unos 70 días en momificar a Nefertiti. Después, quizá los sacerdotes de Amón, a quien ella había intentado destruir, perpetraron su terrible venganza. Destrozaron su boca, arrancaron su brazo derecho. Se sepultó su cadáver en una tumba anónima, donde ha reposado durante 3000 años sin que se conociera su identidad. Los monumentos que crearon, los grandes templos del sol fueron derribados. Y la bella ciudad de Amarna fue desmantelada bloque a bloque.
Y estalla la guerra
Cuando el 9 de Junio de 2003 Joann Fletcher afirma en televisión que la momia pertenece a Nefertiti…. estalla la guerra con el más que predecible y monumental cabreo de Zahie Hawass.
Solo tres días después, Hawass desmiente esta información: “Es imprescindible aplicar los avances del ADN antes de afirmar que esta momia es de Nefertiti.”
El Doctor Zahir Hawass considera que “identificar la momia con Nefertiti es pura especulación”. Opina que “Joann Fletcher es una principiante y obtuvo su doctorado hace muy poco tiempo, y no puede, con su limitada experiencia, juzgar tal descubrimiento”.
Prohíbe a Joann Fletcher que continúe su trabajo en Egipto.
La prensa británica contraataca y le convierte en objetivo de una feroz campaña de descrédito. Hawass se defiende argumentando que ella violó intencionadamente las leyes egipcias que prohíben hacer declaraciones de ningún descubrimiento sin el consentimiento expreso del SCA para asegurarse de su autenticidad.
“Todo lo que ella ha conseguido viene a ser contradictorio con la verdad, la ciencia, la lógica y los hechos, ya que todos los países confirman que esta momia pertenece a un hombre y no a una mujer, aunque ella (Fletcher) ha engañado al mundo”. (Después rectificaría y volvería a decir que la momia es una mujer).
No sólo ha sido una guerra de declaraciones, sino también una guerra de Documentales. En 2004 se emite por fin el Documental de Discovery Channel “Nefertiti al descubierto”, con Joann Fletcher a la cabeza. Posteriormente, Hawass también hace un documental con National Geographic sobre la momia, “Nefertiti y la Dinastía perdida”.
Zahir Hawass nunca admite que pertenezca a Nefertiti. En 2010, en una comparecencia en el Museo del Cairo, llega a afirmar incluso que la momia pertenece a otra hija de la reina Tiy, y hermana por tanto de Akhenatón, y madre de Tuthankamón, justificando así las múltiples dolencias de éste último con pruebas de ADN….En fin, cualquier cosa menos reconocer las teorías de Joann Fletcher.
...Y después de muchos años con poder absoluto en la arqueología egípcia, habiéndose ganado a pulso todos sus enemigos, en el verano de 2011, Zahir Hawass es destituido por cuestiones de la convulsa política de su país.
Y a los que nos gustan estos temas, se nos queda la sensación de que han convertido a la arqueología en una lucha para ver quién se cuelga la medalla. Una soberbia y un afán de notoriedad que impiden llegar a la verdad. Vamos, una vergüenza.
Y aquí acaba de momento esta historia sobre la momia de la más bella, que ni el tiempo, ni el odio, ni el afán de protagonismo de unos ni el ansia de poder de otros ha conseguido empañar.
"...Cuando cayó la noche y volvía a su cama, un viejo trapo peludo, miró una flor y en ella vió reflejados los rasgados ojos de la golondrina. Febril, fué al lago a beber agua, y en el agua también encontró a la golondrina que le sonreía. Y la reconoció en cada hoja, en cada gota de rocío, en cada rayo del sol crepuscular, en cada sombra de la noche que llegaba. Después, la descubrió vestida de plata en la luna llena, para la cual maulló y maulló dolorido. Ya era muy tarde cuando consiguió dormir. Soñó con la golondrina. Era la primera vez que soñaba desde hacía ya muchos años."
"...voló cerca, sobre el gato manchado, y lo tocó levemente con su ala izquierda. El podía oír los latidos del pequeño corazón de la golondrina Sinhá. Ella comenzó a elevarse y desde lejos lo miró. Era el último día de verano." Jorge Amado
Buen articulo, bien resumido y completo. Lamentable que no se pueda seguir investigando, me deja muy intrigada
ResponderEliminarEn verdad creo enos el trabajo extraordinario de la Dra Fletcher
ResponderEliminarCreí que esa maravillosa belleza creada por el equipo tecnológico sólo puede ser de Nefertits
En verdad creo en el trabajo extraordinario de la Dra Fletcher
ResponderEliminarCreo que esa maravillosa belleza creada por el equipo tecnológico sólo puede ser de Nefertits
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Un resumen interesante de todo el embrollo.
ResponderEliminarNo entiendo por qué la mala fe de Fletcher, culpable de la trifulca. Una cosa es que no revelase sus sospechas de entrada, por miedo a que la apartasen del caso, pero publicar cualquier cosa sin hablarlo antes con quien le había abierto la puerta es poco ético, y nada profesional. Una vergüenza, como bien señalas.