"...Cuando cayó la noche y volvía a su cama, un viejo trapo peludo, miró una flor y en ella vió reflejados los rasgados ojos de la golondrina. Febril, fué al lago a beber agua, y en el agua también encontró a la golondrina que le sonreía. Y la reconoció en cada hoja, en cada gota de rocío, en cada rayo del sol crepuscular, en cada sombra de la noche que llegaba. Después, la descubrió vestida de plata en la luna llena, para la cual maulló y maulló dolorido. Ya era muy tarde cuando consiguió dormir. Soñó con la golondrina. Era la primera vez que soñaba desde hacía ya muchos años."

"...voló cerca, sobre el gato manchado, y lo tocó levemente con su ala izquierda. El podía oír los latidos del pequeño corazón de la golondrina Sinhá. Ella comenzó a elevarse y desde lejos lo miró. Era el último día de verano." Jorge Amado

Las cosas del Verano

Como no he escrito nada en todo el Verano y ya hay quien me lo ha reprochado, voy a dar un repaso a lo que han sido estos meses. Estos son los mejores momentos del verano 2012 (¡¡Grandes éxitos!!):

Empecé el veranito con una gastroenteritis que casi acaba conmigo. Los análisis de sangre que me hicieron (odio con todas mis fuerzas que me saquen sangre, me da pavor, y no salgo corriendo porque me da vergüenza ser tan mayorcita y que me den crisis de pánico cuando veo la aguja incrustarse en mi brazo…), salieron un poco mal, con el ácido úrico alto, otras cosas que se llaman monocitos (y que no sé para qué sirven) también altos, el potasio bajo…el caso es que me puse a régimen de pollo, arroz, patata, y jamón de york.

Y mucho yogur. Hasta casi aborrecerlo. Y en el yogur del desayuno y en el de la cena le echaba unos sobrecitos de Lactobacillus (o sea bichejos gusaniles como podeis ver en la foto), según el médico, para reponer la flora intestinal.

También bebía Acuarius, bebida para peces.

La fauna local, a pesar de que llevé una repugnante muestra en un botecito de plástico (¡qué patético!) no se pudo identificar. No hice foto de la muestra.

Una vez superada la gastroenteritis y recuperada la confianza en mis intestinos, empezamos con las plagas:

Primero plaga de moscas. Por culpa de la gallinaza.

Esto de la gallinaza no es otra cosa que caca de gallina. Por lo visto, los agricultores la usan a veces para abonar. Este verano les dio por usar el invento y ocasionaron una plaga que se recordará durante años por toda la comarca.


Yo, que siempre he sido un poco zen y aunque no creo en la reencarnación tampoco la descarto (esto es habitual en mí para casi todo), me he pasado la vida salvando moscas, arañas, ratones, e incluso avispas, por si acaso eran conocidas de una vida anterior. El caso es que la cocina se me llenó de moscas. Cientos. Miles. Qué asco. Cocinando rodeada de moscas.

Como no quiero usar insecticida para no envenenar a mis gatas, y todavía me rondaba la cabeza eso de la reencarnación, compré un ahuyentador electrónico. Ni caso. Yo creo que venían más.

Lo de poner una bolsa de plástico con agua no funciona, por mucho que digan.

Entonces después de mucho sufrir y con muchos remordimientos de conciencia, me compré un cacharro de esos con una luz azul que las achicharra. No se quemó ni una. También tengo una mano de plástico de las que venden en los chinos, y llegué a matar 44 moscas en diez minutos.

Ya desesperada y sobrepasada del todo, me compré unas tiras adhesivas y colgué una en la lámpara de la cocina. Esto ha sido de lo peor. Repugnante. Se iban quedando pegadas, cientos de moscas zumbando hasta morir. Estuve unos días que no quería entrar en la cocina por no verlo. Qué espectáculo dantesco. No quedó ni una.

Después vino la segunda plaga: las hormigas. Aquí ya no me plantee nada porque no podía más. Simplemente exterminio.

Después de esto, el pie que me empieza a doler. Sólo el pie izquierdo. Hinchado como una morcilla. ¿La venganza de los espíritus de las moscas? ¿tendinitis? Quién sabe, probablemente. Quizá ocasionada por sobrepeso.



Y es que con todo esto que os he contado lo único que me ha apetecido este verano ha sido comer y dormir. Bueno, y jugar a los “cocomonos” (un juego de ordenador que se llama “Jewel Quest”, pero mi marido le llama así…” ¿ya estás otra vez con los cocomonos?”). Es de esos juegos adictivos que se te fijan en la corteza cerebral, y por la noche, con los ojos cerrados en la cama, sigues viendo a los cocomonos bajar lentamente por tu pantalla mental en negro, y tratas de colocarlos….. El caso es que lo del pie se me pasó en unos días. Ya lo tengo casi normal. Y me estoy quitando de los cocomonos muy poco a poco, como si fueran una droga dura.


Mi amiga Lola se queda con dos gatitas que encuentran en el campo (bueno, encuentran más, pero se queda con dos). Se llaman Destino y Hada en chino y vietnamita, pero no me acuerdo como se escribe.

Aunque solo las conozco por foto, me enamoro de ellas (como era previsible). De su hija también, aunque de ella ya estaba enamorada de antes. En una foto preciosa Destino bosteza y Hada juega. Como la vida misma.

Luego veo por la tele lo del Ecce Homo de Borja. Me he reído mucho con esto. Creo que ha sido lo más gracioso del verano. Veo otras muchas cosas por la tele, algunas terribles y monstruosas, que no voy a poner aquí para no frivolizar.



Una gata con tos. El veterinario le pone antibiótico y se le pasa un poco la tos pero empieza con la consiguiente diarrea. (Igual que yo cuando tomo antibióticos). (Es que esta gata se parece a mí, nos pasan las mismas cosas o parecidas, somos almas gemelas en la salud y en la enfermedad).
El caso es que llevo una semana recogiendo de la caja de arena cacas espantosas.

La otra gata con los ojos rojos como Drácula. Será conjuntivitis. No sé, ya me dirá el veterinario.


La tercera gata está bien, salvo que quiere estar todo el día y toda la noche en la calle, la muy pendón, y maúlla lastimeramente hasta altas horas de la madrugada suplicando que le deje salir a pesar de que ha estado todo el día fuera. Al rato cedo y la dejo salir. Si alguna vez llego a ser madre me parece que voy a ser demasiado blanda, porque al final me da pena y no sé poner disciplina.

He leído algunas cosas en el ebook este verano:

Empecé con “50 sombras de Grey“.
Lo ponían muy bien en los foros, por lo visto es un best seller y ha arrasado en ventas.

No me ha gustado nada. Todo el rato folleteando y azotándose (es que va de sadomaso).

Me había bajado la segunda y la tercera parte (encima es una trilogía), pero los he borrado, porque leído el primero, los demás serán igualmente cansinos. Es que a mi eso de los azotes y las cuerdas no me erotiza nada, mas bien me pone de mala leche.

Luego me pasé a un libro que se llama “El mayor secreto del mundo” de David Icke. Este tenía buena pinta, y me leí las primeras páginas con cierto entusiasmo.

Hablaba de extraterrestres en la antigüedad y como ese tema me gusta, me propuse pasar un buen rato leyéndolo.

Después de las primeras páginas empezó con las conspiraciones planetarias, con una densidad de datos, no sé si ciertos o inventados o a medias, abrumadora.

Después continuó explicando que en realidad el mundo está dominado por extraterrestres reptiles, (sí, como en la serie aquella “V”), y que George Bush y la reina de Inglaterra son una especie de lagartos a los que se les puede ver su verdadera cara si te coges un pedo de pastillas o bebes mucho (¡con testigos de gran credibilidad!). Dejé este libro justo cuando empezaba a explicar la muerte de Lady Di por culpa de los marcianos reptilianos que gobiernan el mundo. Primero moscas, luego hormigas y ahora reptiles. No puedo con tanto bicho junto.

Luego me he leído “22/11/63” de Stephen King.

Ochocientas y pico páginas que me he devorado en pocos días. Me ha gustado mucho mucho, como casi todo lo que leo de él.

Trata de viajes en el tiempo, de lo que podríamos cambiar si pudieramos ir hacia atrás y sus consecuencias. Como trasfondo, el asesinato de JFK y la vida en Estados Unidos allá por los primeros años 60.



Al mismo tiempo empecé con “Nacer mujer en China” de Xinran.

Lo he dejado a la mitad. No consigo meterme en el meollo de este libro, no me gusta nada, me parece un folletín oriental que se me ha atragantado en el capitulo 2.

Tampoco me gustó demasiado "Las hijas de Yan Tse", y lo siento mucho porque estos temas me interesan bastante por razones obvias.

Me sigue gustando más Amy Tan



Después he leído “Entra en mi vida” de Clara Sánchez.

Estupendo. Ya había leído “Lo que esconde tu nombre” de la misma autora. Excelente.

Me he bajado otro que se llama “Presentimientos” y que pienso empezar en breve.




Ahora estoy leyendo “Gataca” de Franck Thilliez.

No va de una gata grande sino que es una novela negra, de crímenes y policías a tope.

Me está enganchando. Me bajé también “El síndrome E” del mismo autor y espero leerlo también en breve.





Y este ha sido, muy resumido, mi verano del 2012. En Octubre espero tomarme la revancha y que nos podamos marchar unos días a la playa, a comer, dormir y leer. M. y yo, los dos únicos bichos a la orillita del mar. Como a mi me gusta.

1 comentario:

  1. ¡¡¡Vaya veranito, hija mía...!!! Escuchado por partes, es una cosas, pero así resumido uff. Se agradece la omisión de cierta foto, me bastó con saber el color jajajaja Y ahora entiendo tu comentario escatológico de mi foto del bebé jajajaja Espero que la gata se encuentre mejor, es increíble que os pase siempre igual a las dos. Creo que en otra vida fuisteis hermanas gemelas (si es que existe la reencarnación.

    Me alegro de haber puesto un puntito agradable a tu verano con mi adopción felina. Sus nombres son Yuan Fen y Tien, aunque mejor les vendría Intrépida y Llorona Mariameneo... (Ya te lo explicaré cuando hablemos)

    Fíjate, lo que me ha sorprendido es que te haya hecho gracia lo del Ecce Homo, creí que te sentaría fatal jajajaja

    Y bueno, por último, lo de lo blanda que eres con la pendona y que crees que será igual de madre... pues que leyendote me he dado cuenta de que yo soy igual con las gatas que con mi hija. A ver, que se entienda esto, quiero decir que soy muy disciplinada y cariñosa porque esa es mi forma de educar, ya sean niños o gatos. Aunque evidentemente no se puede comparar el amor de mi hija con el de las alborotadoras de mis gatitas. Esos sí, a tu lado, el sargento de hierro soy jajajajajaja

    Besossss

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