Pero ya no. Lo del yerno no tiene nombre. Lo del nieto y su pie agujereado por disparo de rifle es de sainete. Y por esto ya no paso. Esta foto tiene la culpa.
Qué salvajada, no tengo palabras. He leido que para cazar un elefante en Botswana hay que gastarse una pasta enorme. El está muy afligido y preocupado por la crisis que nos azota. Y aunque sea una actividad privada, aunque cada uno hace con su dinero y su tiempo lo que le da la gana, a mi me parece absolutamente inmoral.
Un elefante muerto y un rey en caída libre. No seré yo la que lo justifique. Una decepción. No voy a decir más.
Y unos días después....pide perdón. Aunque no se sabe muy bien si la disculpa es por matar al elefante (y a los Ñu y otros animalitos que se ha ido cargando en su amplia trayectoria como cazador), por no tener un comportamiento "ejemplar" en tiempos de crisis, por aceptar regalos sin que sepamos a cambio de qué (dicen que esta cacería era un regalo y que él no ha pagado) o porque, como se ha roto la cadera y se la han tenido que recomponer, nos hemos enterado de "a qué dedica el tiempo libre" y no nos gusta la foto.
Y dice que no se volverá a repetir. ¿Lo de la caza mayor? ¿lo de dejarse invitar? ¿lo de romperse la cadera? ¿hacerse fotos?
Me parece bien que pida disculpas, aunque también me produce una extraña sensación de "vergüenza ajena", como cuando pillas a un niño haciendo algo que no está bien y pide perdón por temor al castigo. A mi ya no me gusta nada.
Majestad, aunque quiera perdonarle, sigo decepcionada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario